viernes, marzo 15, 2013

De la vida porcina

Life with pork
© Copyright Oscar Grillo 2013

Música:
Peter King
Medley: My foolish heart - My girl  (1989)
Blanco y Negro (G) BYN19

Peter King (as) Damon "The Doctor" Butcher (p,el-p,synt) Steve Pearce (el-b) Stephen Sanger (d) Martin Ditchman (perc). London, March 4-9, 1989

6 comentarios:

El editor dijo...

Exactamente hoy a la tarde he recibido el libro con la autobiografía de Peter King ("Flying high - A jazz life and beyond") que me propongo empezar en un rato.
Además leo en la primer hoja antes del foreword, un par de frases de Ian Shaw, el cantante inglés que estará en el JJ's Smyths el próximo sábado 23 con el trío de Phil Ware, extraordinario pianista con quién tuve la suerte de tocar varias veces y anoche en un clima espectacular junto a Hugh Buckley también.
Coincidencias que me ponen bien.

Anónimo dijo...

El chancho, a pesar de tener cara de bueno, me hizo acordar a León Colman Lerner gracias al tablero.
León Colman Lerner era un ajedrecista de los años sesenta cuya forma geométrica era la de una esfera, con un diámetro de aproximadamente un metro, cabeza también esférica de unos veinticinco cm de diámetro, que se apoyaba directamente en el torso y terminaba en dos patas finas que evitaban que rodara.
Frecuentaba el Club Jaque Mate, Santiago del Estero 952 (aún existe, destartalado como cincuenta y pico de años atrás). Fumaba unos toscanos espantosos, era soberbio, antipático y buen jugador de club (digamos, un jugador del montón de Primera B , para asimilarlo al fútbol).
Arrastraba las erres. Siempre decía que solamente Bobby Fischer era mejor que él (decía "Bobby Fischa"), soslayando las frecuentes derrotas que sufría a manos de algunos habitués del Jaque Mate.
Mi entonces amigo Miguel Ángel Quinteros, que en esa época tenía doce años, me decía "al gordo no le gusta perder, lo voy a cargar un poco a ver si engrana y quiere jugar". Le decía "maestro, lástima que no se anime a jugar conmigo", León Colman Lerner engranaba, jugaban "ping-pong" (hoy blitz, ajedrez rápido) y Quinteros lo aplastaba...
Un día dijo que era capaz de ganarle simultáneas a ciegas a cuatro mujeres. Se preparó el show un sábado a la noche, y perdió con las cuatro sin haber llegado en ninguna partida ni siquiera al medio juego. Con la camisa empapada las puntas del cuello dobladas , la corbata floja y a punto de reventar, el gordo cuarentón se puso el saco y rajó sin saludar ni a sus adversarias.

Lindo dibujo, me alegró la mañana, el recuerdo y contárselos.

El Turco Quique.

El editor dijo...

Gran relato Quique. Me encantó.

Oscar Grillo dijo...

Ditto!!!!

Anónimo dijo...

Gracias, Rubén, un abrazo.
Quique.

Anónimo dijo...

Gracias, Oscar, por tu inspiración que inspira.
Quique.