Oscar envía por e:mail diariamente a un grupo de amigos dibujos realizados con notable creatividad y destreza. Habitualmente agrega a esa imagen, un muy breve comentario y música que se escucha “clickeando” sobre el enlace destacado en el nombre del tema.
Every day, Oscar e-mails some of his friends and sends over drawings done with remarkable creativity and dexterity. Usually, he adds to those images a brief comment and music that you may listen to by clicking on the tune’s name.
Dentro de cinco minutos él le dice a ella que si bien está perdidamente enamorado no siente que su amor sea correspondido...en consecuencia necesita que ella le dé "una prueba de amor". Un clásico. Así son de sinverguenzas los muchachos...
La chica sabe que él está metido con la rubia de la otra cuadra, la novia del patovica. Ingenua como es, no entendía por qué él la abrazaba y acariciaba efusivamente cuando miraban la tele (mientras su madre iba y venía) y de golpe, después de unas mal disimuladas convulsiones, dijo que se le hacía tarde, se levantó y se fue. Véanlo, tristón y demacrado, pensando que lo único que ganaría con declararle su amor a la rubia es que el patovica haga un cóctel con sus huesos. La madre bicha la escena por la ventena, preocupada porque la nena le está andando un camino que el día de mañana le puede dificultar "colocarla" con un muchacho decente. La vida es jodida para todos.
5 comentarios:
Dentro de cinco minutos él le dice a ella que si bien está perdidamente enamorado no siente que su amor sea correspondido...en consecuencia necesita que ella le dé "una prueba de amor".
Un clásico.
Así son de sinverguenzas los muchachos...
Es cierto...los muchachos somos medio gansos...Pero la dificultad consistia en el mirar medio vichalero desde la ventana.
Es que el ojo del amo engorda al ganado...
La chica sabe que él está metido con la rubia de la otra cuadra, la novia del patovica. Ingenua como es, no entendía por qué él la abrazaba y acariciaba efusivamente cuando miraban la tele (mientras su madre iba y venía) y de golpe, después de unas mal disimuladas convulsiones, dijo que se le hacía tarde, se levantó y se fue. Véanlo, tristón y demacrado, pensando que lo único que ganaría con declararle su amor a la rubia es que el patovica haga un cóctel con sus huesos. La madre bicha la escena por la ventena, preocupada porque la nena le está andando un camino que el día de mañana le puede dificultar "colocarla" con un muchacho decente. La vida es jodida para todos.
El Turco Quique
Al menos las calles estan vacias.
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